Arrasan en Veracruz con zonas verdes
Los estragos de la deforestación se resienten cada vez con mayor fuerza en toda la entidad, lo mismo en zonas urbanas que de playa. Foto: Agencia Reforma
Acusan destrucción de bosque y mangle en pro de desarrollos viales y urbanísticosVERACRUZ, Veracruz.- La deforestación del suelo para la construcción de desarrollos está causando estragos en este puerto. El caso más reciente se registra en la entrada norte de la ciudad, donde la Administración Portuaria Integral (API) arrasó con cientos de pinos que formaban una barrera natural que protegía a los vecinos del viento y la arenilla del mar.
La API taló las coníferas para construir una carretera que entronca con el kilómetro 13.5 de la autopista Veracruz-Xalapa, y otros complejos relacionados con actividades portuarias.
No han pasado ni dos años desde que iniciaron las obras y los efectos nocivos ya se dejan sentir. Vecinos de colonias aledañas se han manifestado en varias ocasiones para exigir que se frene la deforestación y se resuelva el problema que enfrentan ahora, pues el aire que respiran tiene arenilla.
Para la ambientalista Isabel Estrada, Veracruz ha sufrido una tala inmoderada en los últimos años. Uno de los casos más notorios, dice en entrevista, es la tala de coníferas que cumplía la función de barrera natural que detenía la arena de la playa.
Una investigación de la Universidad Veracruzana indica que en la entidad se han deforestado al menos 340 mil 932 hectáreas en un lapso de 10 años. Especialistas del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana tienen localizados al menos 25 focos rojos de áreas naturales que precisan de acciones inmediatas para preservar su riqueza biológica.
Algunas de las principales causas de la pérdida de zonas verdes deriva de actividades agropecuarias, ampliación de infraestructura vial y urbanización. Entre los denominados focos rojos hay nueve humedales, zonas costeras, algunas áreas donde predomina el bosque mesófilo en regiones montañosas, cuatro bosques de pino y selvas subhúmedas y baja.
Pero la devastación es mayor. En la zona turística Veracruz-Boca del Río se destruyó una superficie de aproximadamente 100 hectáreas de manglares para la construcción de una zona residencial denominada El Dorado. El proyecto está a cargo de la familia Ruiz, empresarios reconocidos en el estado. De acuerdo con el responsable de proyectos especiales de la Gerencia Regional Golfo Centro de la Comisión Nacional Forestal, Joaquín Becerra Zabaleta, en un año se llegan a perder hasta 600 hectáreas de manglar.
La cifra es más alarmante si se toma en cuenta que entre 1993 y 2002 se perdieron en Veracruz 9 mil hectáreas de este ecosistema, debido, en parte, a la tala inmoderada, según información del Instituto de Ecología.
El especialista recordó que entre 85 y 90 por ciento de las pesqueras del país dependen del desarrollo de especies directamente relacionados con los manglares.
Los bosques nublados se encuentran en zonas con gran cantidad de lluvia en la parte media de las montañas. Actualmente están muy restringidos. Son característicos de estos bosques los helechos arborescentes, las epífitas, el formidable quetzal y el singular pavón.
Las selvas tropicales secas se distribuyen en las partes bajas. Contienen gran cantidad de especies endémicas y son el hábitat del jaguar, la iguana, el monstruo de gila y la guacamaya verde.
Las selvas tropicales húmedas ha desaparecido de las planicies costeras, reduciéndose a un 10% de su extensión original. En este complejo y diverso ecosistema habitan el tapir, los monos araña y aullador, gran variedad de pericos y tucanes y la imponente águila arpía.
Las consecuencias de la destrucción de la capa arbórea de todo el mundo constituye un problema grave con consecuencias múltiples. Dentro de los efectos se encuentra: la reducción de la productividad general de la zona, el suelo está más sujeto a la erosión, se altera el ciclo hidrológico, disminuye en buena medida la biodiversidad y se reducen las reservas de nutrientes y biomasa antes almacenadas en los restos de árboles y hojas.De acuerdo con el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su informe de 1993, se destruyeron 9.6 millones de hectáreas de bosques tropicales anualmente. Y es que la deforestación de todos los países ha procedido con una velocidad alarmante desde la Revolución Industrial, pero se reduce al hecho de que los países en el que ocurre este problema necesitan mayor progreso económico y su crecimiento demográfico es apresurado.De acuerdo a un estudio realizado acerca de los cambios ecológicos por causa de la deforestación, se concluyó que esta actividad humana trae como consecuencia la transmisión de enfermedades por vector como la malaria, esquistosomiasis, filariasis y la enfermedad de Chagas(Walsh, 1993).Es evidente que la deforestación no será fácilmente controlada por múltiples razones: ausencia de voluntad política y organización, la poca voluntad de reconocer y aceptar las consecuencias a largo plazo, inhabilidad de controlar los responsables y la falta de capacidad científica para administrar los recursos naturales.
SE DESPIDE DE USTEDES SU COMPAÑERA ANA LIDIA HASTA LA PROXIMA EDICIÓN.