sábado, 24 de abril de 2010

LA EXPLOTACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS POR EL HOMBRE.
El hombre, igual que los demás animales, actúa como consumidor normal y utiliza la energía y la materia acumulada por otros organismos para su supervivencia. Pero el hombre, ha ido variando su comportamiento, hasta convertirse en un elemento especial de los ecosistemas. De éstos obtiene, además de alimento, muchas otras cosas que utiliza en su provecho: pieles, madera, fibras vegetales, etc.
Actúa como consumidor primario, secundario, depredador e incluso como descomponedor, cuando, por ejemplo, quema la madera. El hombre necesita extraer parte de la producción del ecosistema en su beneficio. Esta forma de utilizar los recursos de la Naturaleza la calificamos como explotación.
A lo largo de la Historia, ha cambiado mucho la capacidad del hombre para utilizar la Naturaleza. Cuando no tenía apenas instrumentos, no podía cultivar la tierra, sus formas de caza eran muy rudimentarias y actuaba como depredador. Tenía que buscar la comida entre los puntos silvestres y los animales fáciles de atrapar. El manejo hábil del hacha, la lanza, el arco, la azada, el fuego y otros muchos instrumentos le permitió iniciar una cierta explotación de los ecosistemas.
La utilización de tipos de energía, como la del viento, el agua de los ríos y muy especialmente la del carbón ha permitido al hombre alcanzar unos adelantos técnicos que han contribuido a mejorar sus condiciones de vida. Con ellos ha aumentado considerablemente la posibilidad de explotar los sistemas naturales vivos y no vivos.
Los hombres que hoy viven en las ciudades y los pueblos, rodeados de productos industriales, dependen también de los ecosistemas. En estos se producen los alimentos que el hombre consume diariamente y otros muchos productos naturales que se emplean para fabricar objetos diversos, como madera, resinas, fibras vegetales, pieles, etc.
En los últimos años, el aumento de la población ha hecho necesario que se incremente la explotación de los ecosistemas. Ello ha sido posible gracias a que, por un lado, se han empleado medios técnicos que consiguen mayores rendimientos en la explotación, y/o que, por otro lado, se ha extendido e intensificado esta explotación a lugares cada vez más amplios de la Tierra.





CONTROL DE LA INFLUENCIA HUMANA SOBRE LOS ECOSISTEMAS
Controlar el cambio de los ecosistemas puede ser para la humanidad el reto más importante durante el presente milenio. Será necesario encontrar soluciones a todas las escalas, desde la local hasta la mundial, incidiendo en todos los estratos sociales, desde la clase política, hasta los niños y estudiantes, promoviendo programas de educación ambiental en escuelas y centros educativos.
La protección de los ecosistemas naturales que quedan en parques nacionales y otras áreas protegidas es decisiva. Pero esto no evitará la influencia de factores como el cambio climático o la contaminación arrastrada por el aire y el agua. Además, la continua pérdida de terreno que experimentan las áreas naturales significa que probablemente exigirán una gestión más activa para mantener sus funciones ecológicas: control de especies exóticas, manipulación de los niveles de agua en los humedales, incendios periódicos controlados en hábitats forestales, entre otros. Esta clase de intervenciones son siempre peligrosas, pues todavía desconocemos el funcionamiento de la mayor parte de los ecosistemas.
El control de la contaminación y de la emisión de gases de invernadero exigirá adoptar medidas a escala mundial; también requiere medidas coordinadas de este tipo la interrupción del deterioro de las pesquerías marinas por sobrepesca. En última instancia, la solución estriba en controlar el crecimiento de la población humana y en adoptar una postura mucho más restrictiva en cuanto al uso de recursos naturales y energía.

Medidas preventivas para no contaminar al ecosistema.
· no quemar ni talar plantas
· controlar el uso de fertilizantes y pesticidas
· no botar basura en lugares inapropiados
· regular el servicio de aseo urbano
· crear conciencia ciudadana
· crear vías de desagües para las industrias que no lleguen a los mares ni ríos utilizados para el servicio o consumo del hombre ni animales
· controlar los derramamientos accidentales de petróleo
· controlar los relaves mineros


Se despide su compañera Yesica Reyes 4D.

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