miércoles, 2 de junio de 2010

SIGLO DEL AGUA

El siglo XXI ha sido llamado el “siglo del agua”, y 2003 es el Año Internacional del Agua Dulce. Unos 2.000 millones de habitantes en el mundo se enfrentan hoy con escasez de agua. Nuestro planeta Tierra ha venido perdiendo el equilibrio entre la cantidad de aguas utilizables y la demanda, y hasta el equilibrio entre el ecosistema y nuestra capacidad de coexistir con la naturaleza. El desequilibrio entre el volumen del agua utilizable disponible y la demanda para la misma no sólo ha llevado a escaseces de agua sino también a otros serios problemas vinculados con el agua, entre otros la disminución de las reservas de aguas subterráneas, la contaminación de las aguas y el deterioro general de los recursos hídricos. Estos a su vez han llevado a la disminución de la diversidad de especies vinculadas con el agua y un aumento en el número de especies en grave peligro de extinción alrededor del mundo.


El calentamiento de la Tierra

“La Tierra está sangrando,” dice el alpinista japonés Ken Noguchi refiriéndose al abundante caudal de agua proveniente de los glaciares que están derritiéndose en el Himalaya. Esta es una desgarradora metáfora para el impacto del calentamiento de la Tierra y la retirada de los glaciares. Noguchi frecuentemente escala el Monte Everest para limpiar la montaña. Me ha contado muchas tristes historias que reflejan el cambio de la naturaleza y los trágicos accidentes que sufren las partidas de alpinistas en zonas donde nada semejante solía ocurrir en el pasado. En efecto, es como si la Tierra estuviera gritando. Uno de estos gritos de alarma asumió la forma de la serie de inundaciones el año pasado en muchos lugares alrededor del mundo, incluso en Europa, que muy rara vez sufre de serias crecidas.
No sorprende que estemos oyendo hablar de una “crisis de agua”. Lo que es más, considerando el aumento en la población del mundo, no es exageración sostener que solucionar los problemas de agua es el desafío primordial en el siglo XXI si hemos de proteger nuestra Madre Tierra.
No obstante, fue evidente a todas luces en la
Cumbre de Johannesburgo en agosto pasado que la atención del mundo está centrada en los temas vinculados con el agua. La comunidad internacional acordó en la Cumbre que existe urgente necesidad de un nuevo enfoque: para el año 2015 “debemos reducir en la mitad la proporción de personas” carentes de acceso a agua segura y servicios sanitarios. Si bien se adjudicó alto valor a la Cumbre por sus nuevos objetivos con criterios numéricos concretos, también hay necesidad de ponerse de acuerdo sobre medios concretos para alcanzar estos objetivos y sostenerlos de ahora en adelante. Responsabilidad y liderazgo El Tercer Foro Mundial del Agua ofreció la primera oportunidad para dar seguimiento a la Cumbre y trabajar hacia tales medidas concretas. El Japón organizó con éxito el Foro Mundial del Agua --el primero a ser realizado en Asia-- con un sentido de responsabilidad de proporcionar liderazgo en este importante movimiento, que ayudará a decidir el futuro de la Tierra, nuestro planeta de agua.
A través de los últimos tres años, varias organizaciones han hecho contribuciones a los preparativos de esta seria misión, trabajando para asegurar que el Foro pueda ser una conferencia para realizar acciones, un adecuado seguimiento de Johannesburgo, y no una “conferencia por tener una conferencia”, tratando en términos abstractos. Personalmente me siento orgulloso de que este proceso trienal, que involucró una participación masiva, ofreció un Foro adecuado para convertir la Visión Mundial del Agua --el fruto del Segundo Foro Mundial del Agua celebrado en La Haya-- en acción y medidas concretas.
El proceso estableció tres principios de guía, a saber: que este Foro.
1. esté abierto a todos
2. sea creado mediante la participación de todos, y
3. se enfoque en traducir las visiones en medidas y compromisos concretos.
A fin de realizar estos principios, establecimos un Foro Virtual del Agua (FVA) en el Internet, y el Water Voice Project, un proyecto que reunió voces sobre al agua al nivel de las bases.
El FVA fue anfitrión de más de 150 sesiones que involucraron a más de 5.000 participantes, y los debates continúan en la actualidad, aún después de la clausura del Foro. Igualmente, nuestro Proyecto de Voces del Agua, creado con la intención de complementar el FVA, ha reunido unas 30.000 voces de todas partes del mundo gracias a contar con la cooperación de más de 2.000 voluntarios y unas 160 organizaciones asociadas.

Durante este período preparativo también hemos creado una red del agua que vincula las actividades de numerosas conferencias sobre el tema del agua llevadas a cabo alrededor del mundo y alentamos a las organizaciones a celebrar sesiones en el Foro Mundial del Agua mismo. A resultado de ello, el Foro organizó 349 sesiones clasificadas en 33 temas principales, y 5 días regionales (ver recuadro).
Los preparativos de los últimos tres años adoptaron un enfoque de abajo-arriba que incluyó un gran número de participantes no vistos en otras conferencias internacionales. El Foro reunió a participantes del mundo desarrollado con otros del mundo en desarrollo, siendo el diálogo el elemento clave, para sugerir medidas apropiadas para la gestión de los recursos hídricos en este siglo del agua. Esperanza para el futuro Abrigo la esperanza de que el Tercer Foro Mundial del Agua haya ayudado al proceso de superar los graves problemas del agua y a profundizar el entendimiento mundial de los asuntos vinculados con el agua, de manera que podamos dejar un planeta mejor a nuestros hijos en el siglo XXI. Empero, como concluyó el Tercer Foro Mundial del Agua mismo, no podemos tomar por sentado estos resultados. Todos y cada uno de nosotros debemos seguir haciendo todo lo posible para ir adelante y solucionar la crisis del agua. Espero que este enfoque continuará por largo tiempo.
El Ciclo del Agua
Se pudiera admitir que la cantidad total de agua que existe en la Tierra, en sus tres fases: sólida, líquida y gaseosa, se ha mantenido constante desde la aparición de la Humanidad. El agua de la Tierra - que constituye la hidrósfera - se distribuye en tres reservorios principales: los océanos, los continentes y la atmósfera, entre los cuales existe una circulación contínua - el ciclo del agua o ciclo hidrológico. El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido por la energía radiante del sol y por la fuerza de la gravedad.
El ciclo hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales el agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y regresa en sus fases líquida y sólida. La transferencia de agua desde la superficie de la Tierra hacia la atmósfera, en forma de vapor de agua, se debe a la evaporación directa, a la transpiración por las plantas y animales y por sublimación (paso directo del agua sólida a vapor de agua).
La cantidad de agua movida, dentro del ciclo hidrológico, por el fenómeno de sublimación es insignificante en relación a las cantidades movidas por evaporación y por transpiración, cuyo proceso conjunto se denomina evapotranspiración.
El vapor de agua es transportado por la circulación atmosférica y se condensa luego de haber recorrido distancias que pueden sobrepasar 1,000 km. El agua condensada da lugar a la formación de nieblas y nubes y, posteriormente, a precipitación.
La precipitación puede ocurrir en la fase líquida (lluvia) o en la fase sólida (nieve o granizo). El agua precipitada en la fase sólida se presenta con una estructura cristalina, en el caso de la nieve, y con estructura granular, regular en capas, en el caso del granizo.
La precipitación incluye también incluye el agua que pasa de la atmósfera a la superficie terrestre por condensación del vapor de agua (rocío) o por congelación del vapor (helada) y por intercepción de las gotas de agua de las nieblas (nubes que tocan el suelo o el mar).
El agua que precipita en tierra puede tener varios destinos. Una parte es devuelta directamente a la atmósfera por evaporación; otra parte escurre por la superficie del terreno, escorrentía superficial, que se concentra en surcos y va a originar las líneas de agua. El agua restante se infiltra, esto es penetra en el interior del suelo; esta agua infiltrada puede volver a la atmósfera por evapotranspiración o profundizarse hasta alcanzar las capas freáticas.
Tanto el escurrimiento superficial como el subterráneo van a alimentar los cursos de agua que desaguan en lagos y en océanos.
La escorrentía superficial se presenta siempre que hay precipitación y termina poco después de haber terminado la precipitación. Por otro lado, el escurrimiento subterráneo, especialmente cuando se da a través de medios porosos, ocurre con gran lentitud y sigue alimentando los cursos de agua mucho después de haber terminado la precipitación que le dio origen.
Así, los cursos de agua alimentados por capas freáticas presentan unos caudales más regulares.
Como se dijo arriba, los procesos del ciclo hidrológico decurren en la atmósfera y en la superficie terrestre por lo que se puede admitir dividir el ciclo del agua en dos ramas: aérea y terrestre.
El agua que precipita sobre los suelos va a repartirse, a su vez, en tres grupos: una que es devuelta a la atmósfera por evapotranspiración y dos que producen escurrimiento superficial y subterráneo. Esta división está condicionada por varios factores, unos de orden climático y otros dependientes de las características físicas del lugar donde ocurre la precipitación.
Así, la precipitación, al encontrar una zona impermeable, origina escurrimiento superficial y la evaporación directa del agua que se acumula y queda en la superficie. Si ocurre en un suelo permeable, poco espeso y localizado sobre una formación geológica impermeable, se produce entonces escurrimiento superficial, evaporación del agua que permanece en la superficie y aún evapotranspiración del agua que fue retenida por la cubierta vegetal. En ambos casos, no hay escurrimiento subterráneo; este ocurre en el caso de una formación geológica subyacente permeable y espesa.
La energía solar es la fuente de energía térmica necesaria para el paso del agua desde las fases líquida y sólida a la fase de vapor, y también es el origen de las circulaciones atmosféricas que transportan el vapor de agua y mueven las nubes.
La fuerza de gravedad da lugar a la precipitación y al escurrimiento. El ciclo hidrológico es un agente modelador de la corteza terrestre debido a la erosión y al transporte y deposición de sedimentos por vía hidráulica. Condiciona la cobertura vegetal y, de una forma más general, la vida en la Tierra.
El ciclo hidrológico puede ser visto, en una escala planetaria, como un gigantesco sistema de destilación, extendido por todo el Planeta. El calentamiento de las regiones tropicales debido a la radiación solar provoca la evaporación contínua del agua de los océanos, la cual es transportada bajo forma de vapor de agua por la circulación general de la atmósfera, a otras regiones. Durante la transferencia, parte del vapor de agua se condensa debido al enfriamiento y forma nubes que originan la precipitación. El regreso a las regiones de origen resulta de la acción combinada del escurrimiento proveniente de los ríos y de las corrientes marinas.

Se despide su comapeñera y amiga Sara Isabel Santos.

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