miércoles, 3 de marzo de 2010

Ejemplos de tipos de coevolución
Se denomina coevolución al cambio evolutivo recíproco en especies que interactúan, y la dinámica de ésta constituye el tema de la presente obra, en la cual se incluye una vasta revisión de estudios realizados en el campo de la especialización y la coevolución, a la vez que una propuesta teórica, basada en análisis ecológicos, genéticos y moleculares -producto de trabajo de campo y experimentos de laboratorio-, denominada por el autor "teoría del mosaico geográfico de la coevolución". Con ella, Thompson intenta mostrar que un estudio conjunto de la genética, historias de vida y distribución geográfica de las poblaciones proporcionada un mejor entendimiento de la coevolución.
Aunque no existe una línea divisoria bien diferenciada, se pueden establecer dos tipos de coevolución o evolución concertada:
· Coevolución antagonista
· Coevolución cooperativa
Coevolución antagonista
La Coevolución antagonista o evolución concertada antagonista, es un proceso iterativo pero antagónico cuando se manifiestan las relaciones entre especies, por ejemplo entre una presa y su depredador, o un parásito y su hospedante. Los conejos introducidos en Australia a mediados del siglo XIX ilustran el ejemplo de evolución concertada entre parásito y hospedante: en 1859 un cazador inglés residente en Australia soltó un par de docenas de conejos en aquellas tierras, en las cuales eran especies extrañas. Con apenas depredadores, los conejos se reprodujeron por millones hasta límites increíbles, destruyendo todas las superficies vegetales que encontraban a su paso, y arruinando la economía de agricultores y ganaderos. Tras el fallido intento de envenenarlos, se introdujeron entonces zorros rojos europeos como depredadores, pero no fueron eficaces porque se especializaron en otro tipo de presas más pequeñas.
La plaga de conejos que se manifestó durante la segunda mitad del siglo XIX, y el posterior mixomavirus introducido en 1950, ilustra el tipo de coevolución antagonista en México.
En 1950 se introdujo un virus con conejos de América del sur, el mixomavirus, que provoca la mixomatosis, una enfermedad infectocontagiosa que afecta muy especialmente a los conejos, y que se transmite a través de mosquitos y pulgas. En un principio se demostró una gran virulencia, matando a todos los conejos infectados, pero durante tres décadas se comprobó que los conejos iban adquiriendo resistencia y recuperándose. A la vez, mediante estudios de laboratorio se observó que el virus había perdido virulencia, causando menos muertes. Se confirmó así que tanto el parásito como el hospedador habían evolucionado; sin embargo, uno (el conejo u hospedador) lo había hecho en sentido de aumentar su resistencia, mientras que el otro (el parásito o virus) lo había hecho en un sentido inverso, hacia una virulencia menor. El porqué se produce este tipo de evolución antagónica puede interpretarse en el sentido siguiente: cuando el virus comenzó a distribuirse por primera vez aún no se había producido su verdadera adaptación, es decir se trataba de una adaptación imperfecta, porque los conejos morían tan pronto quedaban infectados, no dándoles tiempo a contagiar a otros individuos. En base a esto, la selección natural estaría favoreciendo que las cepas menos virulentas se perpetuasen.
Coevolución cooperativa
La Coevolución cooperativa se manifiesta en determinadas asociaciones, y en variadas relaciones adaptadas entre diferentes especies en las que ambas obtienen un beneficio. Por ejemplo, las larvas de muchos lepidópteros (como muchas especies de mariposas azules) son cuidadas por las hormigas contra el ataque de determinados parásitos, y a su vez las larvas segregan un líquido del que se alimentan las hormigas. Aquí se da una coevolución cooperativa coordinada, en donde las hormigas y las larvas adaptan su comportamiento en beneficio mutuo.
Algunas semillas han desarrollado adaptaciones cooperativas para conseguir su dispersión. 1-Arce, 2-Diente de León, 3-Olmo. Sobre estas líneas un Agarramoños.
Otras formas de coevolución cooperativa tiene múltiples ejemplos entre el mundo animal y vegetal. Así, en la polinización se dan adaptaciones donde numerosas plantas y animales cooperan para conseguir sus propios objetivos, como los de reproducción o alimentación. Se distingue la capacidad evolutiva de las plantas para desarrollar sistemas de atraer a los animales polinizadores, tales como formas, olores y llamativos colores. Los animales que son atrapados en el esplendor que se les ofrece, reciben el néctar como premio a cambio de distribuir o entregar el polen, el cual queda asido o es desprendido de su cuerpo mediante mecanismos que las plantas han diseñado para esa función. Otros vegetales disponen de adaptaciones espectaculares, en forma de diversos dispositivos con la finalidad de perpetuarse a sí mismos. Por ejemplo, algunas semillas han conseguido desarrollar alas que les faculta para desplazarse mediante la acción del viento; o espinas u otros métodos de sujetarse al pelo de los animales o sustancias pegajosas (como el muérdago, que es parásito de los robles) que se adhieren a otros árboles parásitos cuando los pájaros frotan el pico en ellos; todo esto con objeto de conseguir el transporte que no pueden realizar por sí mismos.
Coevolución de mutualismo
El mutualismo es otro ejemplo coevolutivo en el cual dos o más especies mantienen una relación simbiótica, y por tanto necesaria para la supervivencia de ambas. Tal es el caso de las micorrizas, unos hongos que se mantienen adheridos a las raíces de determinados árboles, como robles y coníferas. Estos hongos, entre los cuales se encuentran muchas setas comunes, necesitan del árbol al que están unidos para obtener la energía que sólo él puede suministrarles, y que no podrían recibir y sintetizar por sus propios medios. A cambio, el árbol puede obtener más fácilmente los nutrientes del sustrato, a la vez que mantiene sus raicillas protegidas de algunas enfermedades. Tanto unos como otros se necesitan mutuamente para desarrollarse y sobrevivir.

Se despide de ustedes su compañera Valeria Varela Parra hasta la próxima información.




MODELOS COEVOLUTIVOS.

Hay varias formas de ver el proceso coevolutivo


Modelos micro evolutivos

1) Coevolución gen-a-gen, por pasos (Erhlich and Raven 1964). Supone un proceso de adaptación recíproco y por fases entre especies concretas. Un cambio en un gen que determina una defensa frente al depredador será fijado, y provocará un cambió en un gen del depredador que determina un uso más eficiente del hospedador. Hay una modificación secuencial. Este modelo se basa en que existe locis complementarios entre depredador y presas para la virulencia y la resistencia, respectivamente. En el caso de interacciones antagónicas, como planta-herbívoro o como parásito-hospedador, consiste en una carrera armamentística continúa.
2) De la coevolución difusa, que refiere a una coadaptación de grupos de especies, sin necesidad de especiación. Es un concepto difuso en sí mismo, que está cada vez más en desuso, aunque ha sido un fuerte revulsivo para acometer los estudios de coevolución de forma más rigurosa. Básicamente, postula que las especies no están aisladas en la naturaleza interaccionado con una única especie, y por tanto la coevolución apareada se ve limitada. Sin embargo, últimamente se esta rescatando la idea, aplicada como coevolución multiespecífica, suponiendo que una combinación de genes que actúan contra múltiples depredadores o múltiples mutualistas y que producen un paisaje adaptativo de eficacias. El resultado es una selección hacia defensas coordinadas frente a un conjunto multiespecífico de depredadores o mutualistas como fruto de la acción combinada de presiones selectivas apareadas. Requiere una covarianza débil o incluso inexistente entre cada respuesta apareada, aunque también es posible una selección de compromiso.

Modelos macroevolutivos
1)De escape y radiación (Erhlich and Raven 1964). La coevolución por pasos o apareada estricta implica la mayoría de las veces, fenómenos de especiación más o menos sincrónica en ambos participantes del sistema. Ocurre en 5 pasos: 1) las presas producen defensas nuevas mediante mutación y recombinación, 2) las nuevas defensas reducen la incidencia de los depredadores, 3) presas con estas defensas nuevas radian en especies dentro de una nueva zona adaptativa libre de depredadores, 4) un nuevo mutante o recombinante aparece en la población de depredadores que es capaz de anular las defensas de las plantas, 5) los depredadores también radian por haber entrado en una zona adaptativa para ellos. El resultado es una congruencia filogenética entre ambos grupos de organismos.
2)De la coevolución diversificadora (Thopmson 1994). Según esta hipótesis, una población de una especie evoluciona para especializarse como resultado de la adaptación local recíproca, y los híbridos entre poblaciones especialistas están en desventajas, lo que favorece mecanismos de aislamiento reproductivo. Es una hipótesis que introduce la dimensión geográfica. Se diferencia de la anterior en que aquí la especiación ocurre con el concurso del organismo interactuante (polinizadores que son selección sexual), mientras que en la anterior la especiación ocurre cuando un organismo escapa al otro. El motor evolutivo es la especialización en un organismo determinado.
3)De evolución secuencial o rastreo filogénetico (Jermy 1976, 1984, 1993). Sugiere que los parásitos rastrean la especiación del hospedador, pero de una forma mucho más general. Esta hipótesis asume que los parásitos y sus hospedadores no están coevolucionando, no hay selección recíproca.
4)De la escalada (Vermeij 1994). Las defensas cada vez son más sofisticadas porque el ambiente en general es más agresivo. Pero no hay coevolución, aunque el resultado aparentemente es como una carrera armamentística.



CONDICIONES PARA COEVOLUCIÓN.


La coevolución requiere especificidad, es decir, la evolución de cada rasgo en una especie es debida a presiones selectivas de otros rasgos de las otras especies del sistema, reciprocidad, es decir, los rasgos en ambos participantes del sistema evolucionan conjuntamente, y simultaneidad, los rasgos en ambos participantes del sistema evolucionan al mismo tiempo.


El proceso coevolutivo puede generar coadaptación (ajuste microevolutivo recíprocos de unos organismos a otros) y coespeciación (cladogénesis recíproca como fruto de la interacción). Es decir, que la coevolución pueda tener consecuencias micro- y macroevolutivos.


La coevolución se ve altamente beneficiada cuando los organismos interactuantes son especialistas, ya que asi se fuerza un efecto sobre la eficacia de los organismos contendientes.



INTERACCIONES QUE PARTICIPAN EN PROCESOS COEVOLUTIVOS


En principio todas las interacciones pueden participar de procesos coevolutivos. Pero los resultados son diferentes. Así, en una interacción competitiva, el resultado esperable es que ambas especies se separen, por lo que no hay usualmente constancia a escala temporal larga del proceso coevolutivo. Algunos autores sugieren que los fenómenos de desplazamiento de caracteres sería el resultado de procesos coevolutivos mediados por la competencia.


Las interacciones antagónicas usualmente producen una vinculación temporal entre la presa y el depredador (u hospedador y parásito), aunque la tendencia de la presa es a escapar del depredador evolutivamente hablando.


Las interacciones mutualistas, por el contrario, también producen una vinculación entre ambos organismos aunque en estos casos es esperable que la interacción sea duradera ya que ambos se benefician de la interacción.






Se despide su compañera Yesica Reyes hasta la próxima información.


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